Estoy
en proceso de leer más libros, de ver más series, más películas y… de que no me
suspendan ninguna asignatura. Así que he decidido que un #tag era la solución
perfecta para que al blog no le salieran telarañas, ya que mi aracnofobia no lo soportaría, hasta que haga una reseña decente (como si eso fuera posible).
Lo
sé, el #tag de las redes sociales es prácticamente del año pasado pero hoy en
día se lleva lo vintage, por eso creo
que lo podemos dejar pasar.